A partir de la pandemia, los clientes desarrollaron nuevos hábitos y también consolidaron algunas preferencias. La sustentabilidad y el consumo responsable como factores determinantes en las decisiones de compra son dos tendencias que revelan la toma de conciencia acerca de lo que consumimos en la nuestra vida cotidiana.
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El concepto de responsabilidad aplicada al consumo está en plena expansión. Y está relacionado con la sustentabilidad y otros valores.
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Si bien aumentó el interés por comprar en el comercio local, la demanda por productos responsables muchas veces no se refleja en las ventas. Es posible que los consumidores apunten a productos y a una experiencia de compra determinada, difÃcil de encontrar en sus barrios.
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Por lo general, las generaciones jóvenes son las más conscientes con respecto a la responsabilidad y sustentabilidad de sus compras. Pero reconocen dificultades para ser consecuentes con estos valores por el mayor precio de estas marcas y productos.
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En este contexto, sin embargo, existen oportunidades para que el comercio local pueda usufructuar esos valores. Para ello, es imprescindible dirigir el negocio al mercado objetivo adecuado y diseñar una estrategia que asegure que la experiencia de compra y el surtido responden a sus expectativas.
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En muchos casos, la preferencia por el comercio de cercanÃa y los productos locales va de la mano con el aumento en la demanda de productos ecológicos y veganos. De hecho, incluso en personas que no siguen dietas veganas o vegetarianas, ha crecido el consumo de productos alternativos a sus equivalentes de origen animal, como la leche o la carne. Por su alcance, ya se trata de tendencias consolidadas.
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La sensibilidad hacia lo sustentable no se restringe a los productos y también se busca en los embalajes. Por ejemplo, crece el rechazo a los envases de un solo uso, especialmente de plástico.
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Todos los rubros del comercio local pueden adaptar su perfil para ofrecer productos o experiencias de compra sustentables. Desde el surtido de marcas hasta las instalaciones o el tipo de embalaje que se utiliza para entregar las compras. En cada una de esas instancias, el cliente sabrá valorarlo.
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Cabe aclarar que estas iniciativas no deben implementarse de manera aislada o discontinua. Es clave que formen parte de una estrategia integral, realmente comprometida con la sustentabilidad. De lo contrario, el cliente puede interpretarlo como una acción aislada y oportunista.
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Fuente: Celestino MartÃnez.