El prestigio internacional de Nueva York y Barcelona atrae
visitantes de todo el mundo. Arquitectura, moda y cultura son algunos de los
atributos que las convierten en ciudades irresistibles, con estilos diferentes.
Pero no todo es recreación y atractivos turÃsticos. Como
ocurre en las concentraciones urbanas pobladas y activas, los habitantes también
conviven con problemas relacionados con el tránsito, la accesibilidad y el
espacio público.
Por este motivo, tanto Nueva York como Barcelona están
implementando iniciativas con el fin de recuperar las calles para las personas,
en detrimento de los automóviles.
Como Comisionada de Transporte de Nueva York, Janette
Sadik Khan, peatonalizó Times Square en 2009.
Cerró parte de la avenida Broadway
a los vehÃculos, en una zona donde el tránsito estaba colapsado. Esa fue
la prueba piloto, que generó polémica y resistencia. Pero la medida fue un éxito y en febrero de
2010 quedó definitiva.
Luego construyó más de 640 kilómetros de ciclovÃas y
creó 60 plazas. "Las calles son el medio para llegar de un lugar a otro,
pero también son destinos en sà mismas. Por muchos años se diseñaron solamente
para los automóviles y nos hemos olvidado de sus usos múltiples. Son para los
peatones, no para los autos", aseguró en la Cumbre Mundial de Alcaldes de
Bogotá.
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Además de recuperar
actividades relacionadas con el esparcimiento y el bienestar, las iniciativas
de recuperación de calle repercuten positivamente en el sector comercial. "Los autos no hacen compras, la gente sÃ.
Encontramos que habÃa beneficios económicos", indicó Sadik Khan.
Acerca de las mejoras que
estas medidas generan en el paisaje urbano, enumeró dimensiones como  movilidad y acceso; sustentabilidad ambiental;
sustentabilidad económica; calidad de vida, y salud pública y seguridad. "Las
calles son parte de nuestra más larga y continua red de espacio públicoâ, dijo.
Y a modo de cierre subrayó: "El futuro de nuestras ciudades sólo está limitado
por la imaginación, no
por los diseños de la ingenierÃa. No es fácil, pero es una pelea que debemos
ganar. Cuando cambias
la calle, cambias el mundo".
Barcelona apuesta a las
supermanzanas
Desde septiembre, Barcelona está creando un sistema de
supermanzanas. El
objetivo es limitar el desplazamiento de los autos para reducir el tráfico y la
contaminación. Además utilizarán el espacio público de manera más efectiva con el fin de que los barrios sean lugares
más agradables.
âNos gusta decir que se trata de ârecuperar las calles
para la genteââ, dijo Janet Sanz Cid,
Alcaldesa adjunta de la ciudad. âLa gente de Barcelona quiere utilizar las
calles, pero no puede hacerlo porque los coches las ocupanâ.
Según el proyecto, las supermanzanas se sobrepondrán
en la traza urbana actual; cada una se compondrá de hasta nueve manzanas
contiguas. Las calles e intersecciones estarán en su mayor parte cerradas al
tránsito y se utilizarán como espacios comunes: plazas, áreas de juego y
jardines. Se espera diseñar por lo menos cinco supermanzanas para 2018.
Son parte de un programa integral para mejorar las
redes de transporte de la ciudad y reducir el impacto ambiental, llamado Plan de
Movilidad Sostenible Urbana.
Ante la aceptación que han tenido las primeras intervenciones, Salvador Rueda, Director de la Agencia Urbana de EcologÃa, que
diseñó el modelo de supermanzanas, asegura: âA partir de la experiencia, ahora
sabemos que el problema principal es la resistencia al cambio que ocurre al
comienzo de la implementaciónâ.
Los primeros cambios se ven en lugares como las calles
empedradas del Born. En vez de autos, hay palmeras y bancos en medio de las
calles. En vez de camiones, un sistema neumático subterráneo recogÃa la basura.
No hay cordones ni veredas, solo un carril que conforma una plataforma común
para conductores y peatones.
También mejoró la realidad del pequeño comercio: antes
los negocios estaban vacÃos. Hoy los clientes entran y salen de restaurantes,
vinerÃas, salones de belleza y tiendas de ropa.
Estos resultados, como los de Nueva York, confirman la necesidad impostergable de recuperar las calles para las personas. No sólo en beneficio del sector comercial, sino también para poner en valor las prácticas sociales que mantienen vivas nuestras ciudades.