Antes de la crisis del coronavirus, el retail
ya estaba en una fase de cambio de ciclo. La crisis económica de hace una
década habÃa impactado en las grandes calles comerciales y en los datos de
ventas.
A eso hay que sumar que en los últimos años
el modelo de los centros comerciales ha entrado en una crisis de identidad, que
ha llevado a cierres en no pocos mercados y a una reinvención del modelo y de
lo que hace que conecte con los consumidores. La competencia del comercio
electrónico y los cambios generacionales (que han impactado en lo que los consumidores
esperan de las empresas y han apuntalado las experiencias), han tenido un eco
en el retail y en lo que se espera de las tiendas.
La pandemia podrÃa ser el empujón definitivo
para los cambios. El confinamiento para frenar el avance de la enfermedad ha
obligado a cerrar los locales y ha limitado el comercio fÃsico a sectores muy
esenciales.
Con ello, el comercio electrónico ha tenido
un momento de impulso, uno que se espera que se mantenga tras la crisis. No
pocos consumidores compraron online por vez primera, especialmente en algunos
sectores de negocio, y se quedarán una vez pase la crisis otra vez consumiendo
en la red.
Pero ese no es el único cambio que el
coronavirus podrÃa traer al retail. De hecho, los analistas ya prevén que las
consecuencias serán profundas y duraderas.
En todo el mundo, los analistas no creen que la relajación de las medidas de confinamiento y la vuelta de los consumidores a las calles vaya a tener un efecto inmediato en la realidad del comercio minorista. La necesidad de mantener la distancia social seguirá impactando en cómo consumimos y en cómo nos conectamos con el retail.
Los cambios se mantendrán, por tanto, hasta mediados
de 2021 (que es cuando se espera que ya exista una vacuna), y sólo sobrevivirán
los negocios que sean capaces de leer los cambios y de adaptarse a ellos. Probablemente,
los consumidores comprarán mucho más online y mucho menos en tiendas fÃsicas.
El retail tradicional y el comercio online deberán
adoptar una mayor interdependencia entre uno y otro canal. Se podrÃa añadir, por
tanto, que la omnicanalidad dejará de ser una opción, para ser algo inherente a
la estrategia de un comercio. Sobre todo, si se quiere seguir llegando a esos
consumidores que quizás no se acerquen a los locales.
Los cambios inmediatos
Y, al fin y al cabo, la importancia de
internet y de la tecnologÃa será la tónica dominante en el retail en la era
post covid-19. Los cambios inminentes implican, según un análisis del Financial
Times, menos compradores (a pesar de las previsiones de colas y de que se hayan
registrado en algunos negocios, el 43% de los consumidores, según el diario
económico, se siente incómodo si va de compras), y menos negocios fÃsicos (los
canales digitales ganan en importancia frente a las tiendas fÃsicas, incluso en
terrenos como la alimentación).
A todo ello hay que sumar la importancia de
la tecnologÃa, que se ha vuelto más determinante y que se está adoptando mucho
más rápido de lo que se hacÃa antes. No hay tiempo para esperar y las cosas deben
hacerse âpara ayerâ.
Pero los cambios con los que el retail está
saliendo del coronavirus no implican únicamente esos puntos. También suponen
ofertas más reducidas, con menos productos en los lineales y menos opciones
para escoger, y precios más bajos, al menos por ahora.
Por supuesto, a todo ello hay que sumar los cambios marcados por la lucha contra la enfermedad. Quienes ya pudieron ingresar a un comercio se habrán encontrado con experiencias completamente diferentes a las habituales. Las tiendas han implementado recorridos limitados, para controlar los flujos de clientes y las distancias de seguridad, y han añadido una oleada de medidas higiénicas.
Fuente: Puro Marketing.